domingo, 26 de mayo de 2013

WITOLD GOMBROWICZ Y JUAN CARLOS GOMEZ, 'EL FIEL GOMA'.

El fiel Goma



 Por Juan Forn
Decía Gombrowicz que, cuando un polaco obtiene placer de una pequeña cantidad de bebida y de comida, su reacción instantánea es beber y comer diez veces más, para ser fiel al placer. Decía Gombrowicz que un polaco es una víctima de sus ideales, alguien que hace de la realidad una locura. Así era Juan Carlos Gómez, el fiel Goma. Debajo del pacífico matemático retirado, argentino de toda la vida, había en el fiel Goma un polaco loco que sólo salió a la luz cuando, ya jubilado, creó el club de los gombrowiczidas.
Hay dos hechos decisivos en la estancia de Gombrowicz en la Argentina. Como bien se sabe, Gombrowicz llegó en barco a Buenos Aires en 1939, dispuesto a dar una conferencia, hacerse unos pesos y volver a Polonia, pero vino la guerra y quedó varado acá. Al principio no podía volver; después no quería. Durante esos veinte años le dio la espalda al establishment literario local, y a la vez dejó que una pandilla de amigos tradujera su novela Ferdydurke, de a varios, en una mesa del café Rex, con él de cuerpo presente, porque ninguno sabía mucho polaco. Se peleó con todos después, pero la traducción lo dejó insólitamente conforme. Piglia dice que ese Ferdydurke en castellano es la mejor novela argentina del siglo XX. Otros prefieren pensar que la verdadera obra maestra de Gombrowicz en nuestro país fue su Diario argentino (el efecto de nuestra idiosincrasia sobre la suya, la extraordinaria permeabilidad e impermeabilidad que tenía ese polaco), pero hay quienes piensan que la verdadera carga de profundidad que dejó Gombrowicz para que estallara después de su partida fueron los cuatro discípulos que lo despidieron en el puerto en 1961, los únicos que lo aguantaron de verdad, esos cuatro jovencitos a quienes les gritó desde la borda del barco que lo llevaba a Europa a triunfar: “¡Maten a Borges!”. Ya convertidos en señores mayores, Alberto Fischerman los juntó a los cuatro en 1986, los filmó durante una noche entera y le salió una película extraordinaria sobre el efecto que Gombrowicz había tenido en ellos.
Ninguno había matado a Borges, ni a Gombrowicz, ni a nadie. A ninguno parecía pesarle demasiado: ni a Mariano Betelú, ni a Dipi Di Paola, ni a Alejandro Russovich. Pero al fiel Goma sí. Hizo falta sin embargo que pasara el tiempo, que Gómez se jubilara, que tuviera tiempo de sobra, para que el polaco loco le saliera de adentro. Todo empezó cuando publicó en 1999 las Cartas a un amigo argentino que Gombrowicz le fue enviando desde Europa hasta que murió, en 1969. Gómez se quedó con ganas de decir cosas en el prólogo de ese hermoso libro, así que se sentó a escribir un libro entero sobre Gombrowicz, que tituló Ese hombre me causa problemas. Cuando lo terminó sintió que le seguían quedando cosas por decir y ya se había asqueado de las miserias del mundo editorial, así que inventó los gombrowiczidas: eligió a siete “magníficos”, que luego fueron nueve, once, trece y siguieron creciendo hasta alcanzar un número indeterminado, y empezó a mandarles por mail, todos los días, un fragmento de su nuevo libro, que también iba creciendo de manera ingobernable. El tema excluyente de esos mails era Gombrowicz, cada libro que había escrito, cada palabra que había dicho o que habían dicho sobre él, cada persona que lo había conocido (en Polonia, en Argentina y en Alemania y Francia después), pero sobre todo Gómez practicaba el gombrowiczismo a ultranza: el desafío vitriólico permanente contra el mundo, incluyendo a sus corresponsales.
Durante por lo menos siete años recibí cada día, incluyendo los domingos, un mail (y muchas veces más de uno) de Gómez en mi casilla. Todos los santos días durante siete años. Siempre eran inmoderados, a veces un poco agotadores en su obsesión o su veneno, pero por lo menos una vez a la semana venía uno formidable. Gómez usó a Gombrowicz para explicarse el mundo y el sinsentido del mundo: era su Aleph y su I Ching, su condena y su agujero negro. Gómez fue Gombrowicz: como él, ofendió o hartó a más de la mitad de sus corresponsales con sus diatribas, inevitablemente empezó a repetirse en determinado momento pero siempre había que leerlo porque en el momento menos pensado venía un relámpago. Y de pronto un día, de hace un año o dos, se calló. “Ya no queda jugo que sacar del viejo”, dicen que dijo a su familia. “Sólo me queda esperar la muerte al sol”. Se refería al jardín de su casa, a sus plantas, a sus perros, a sus hijos, a sus nueras y a su inagotable esposa Elida. En el aire de ese jardín fueron esparcidas las cenizas de Gómez la semana pasada. Su familia anunció el hecho con palabras hermosas, que están en Internet, como todo el paquete gombrowiczidas (véase www.elortiba.org).
Hace poco se anunció que el promedio actual de vida en la Argentina es de 78 años. Gómez los cumplió el 26 de noviembre y el 2 de diciembre dijo chau, fiel hasta la muerte al cálculo estadístico y a la joda vitriólica que conformaban su bipolar naturaleza argentopolaca. Por una vez en su larga relación con los gombrowiczidas, el fiel Goma les cedió la última palabra. Sólo queda una cosa por decir: Gombrowicz ha muerto, larga vida a Gombrowicz.


fuente: Pagina 12.com.ar
siguiente Viernes, 14 de diciembre de 2012 

LOS SUBRAYADOS DE GOMBROWICZ: Sobre héroes y tumbas” Cía. General Fabril Editora 1961



 

"LOS SUBRAYADOS DE 

GOMBROWICZ"




“Sobre héroes y tumbas”

  de Ernesto Sabato  

Cía. General Fabril Editora  1961


Los subrayados han sido 
publicados en Polonia por 
“Twórczosc” en julio de 1999




Pag.18 –Que no siempre suceden cosas, que casi nunca suceden cosas, (...) tuve la sensación nítida de que acababa de suceder algo (...) ya no era la misma persona que antes. Y nunca lo volveré a ser.

Pag.20 –Ya que no bastan –pensaba– los huesos y la carne para construir un rostro (...) por todo ese conjunto de sutiles atributos con que el alma se revela a través de la carne (...) en el instante mismo en que alguien muere, su cuerpo se transforma bruscamente en algo distinto (...) Pues no son las paredes ni el techo ni el piso lo que individualiza la casa sino esos seres que la viven con sus conversaciones, sus risas, con sus amores y odios (...) ya que el alma no puede manifestarse a nuestros ojos sino por medio de la materia, y eso es una precariedad del alma pero también una curiosa sutileza. Y de esa inevitable manifestación carnal del alma, de esta incapacidad del alma para vivir al estado puro quizá sea posible concluir que es algo esencialmente distinto del espíritu, ya que éste sí, desde su olímpico y ascético reducto, allá arriba, en el mundo de las puras ideas, de la pura belleza y de la verdad pura, eterno y solitario, tiene existencia propia y mira seguramente con desdén nuestra propia carne. Y acaso también con asco y espanto.

Pag.21 –Espanto, desdén y asco que no sólo han de referirse al cuerpo sino, y sobre todo, al alma, pues muy a menudo, por no decir casi siempre, el alma es arrastrada por las tempestades del cuerpo o quizás sea la causa misma de esas tempestades. O, más probable, ambos como cómplices inseparables, son a la vez causantes y actores de esos impuros y generalmente atroces movimientos de los hombres.

Pag.25 –(...) es el resultado de una combinación monstruosa de hechos suficientemente dolorosos como para producir el llanto (y aún el desconsolado llanto) y de acontecimientos bastante grotescos como para querer transformarlo en risa.

Pag.29 –(...) pesimista en cierne como corresponde a todo ser purísimo y preparado a esperar Grandes Cosas de los hombres en particular de la Humanidad en general.

Pag. 30 –(...) sufren en silencio y con dignidad suprema su muerte de auténticos desdichados. Como esos hombres silenciosos y solitarios que a nadie piden nada y con nadie hablan, sentados y pensativos en los bancos de las grandes plazas y parques de la ciudad (...) que meditan y a su manera acaso replantean los grandes problemas (...) En virtud de ese notable atributo que tiene el universo de independencia y superposición, de modo que mientras un banquero se propone realizar la más formidable operación (...) un pajarito, a cien pasos de distancia de la Poderosa oficina, anda a saltitos sobre el cesped del parque Colón.

Pag.31 –(...) resulta milagroso que tantas especies de seres puedan nacer, desenvolverse y morir sin conocerse, sin odiarse ni estimarse, en las mismas regiones de universo...

Pag.32 –(...) que el absoluto no existe (...) y su propia soledad ante la muerte.

Pag.35 –(...) en ese presente prematuro (como si el tiempo se divirtiese presentándose antes de lo debido), para que la gente haga representaciones tan grotescas.

Pag.42 –(...) ésos son los que sufren por el resto. Y el resto son nada más que hichapelotas, hijos de puta o cretinos ¿sabés?

Pag.52 –Su memoria está compuesta de fragmentos de existencia, estáticos y eternos: el tiempo no pasa, en efecto, entre ellos, y cosas que sucedieron en épocas muy remotas entre sí están unas junto a otras vinculadas o reunidas por extrañas antipatías y simpatías...

Pag.97 –Me gusta la gente fracasada. El triunfo... tiene siempre algo de vulgar y horrible.

Pag.109 –(...) casi feliz. Pero inmensamente.

Pag.132 –(...) pues nunca (sostenía) somos la misma persona para diferentes interlocutores, amigos o amantes.

Pag.137 –(...) ¿cómo saber quién va a encarnarse en el cuerpo de nuestros hijos?

Pag.138 –Pero que raramente las palabras pronunciadas responden con exactitud a lo que sentimos en lo más recóndito de nuestro espíritu.

Pag.139 –La verdad, se decía, sonriendo con ironía La verdad... Bueno, digamos : Una verdad.

Pag.140 –(...) y pensando enseguida, como ante un abismo, qué poco, qué miserablemente poco restaba de aquella marcha hacia la nada. Y entonces ¿para qué? Y cuando llegaba a ese punto y cuando parecía que ya nada tenía sentido, se tropezaba a caso con uno de esos perritos callejeros, hambriento y ansioso de cariño, con su pequeño destino (tan pequeño como su cuerpo y su pequeño corazón que valientemente resistirá hasta el final de aquella vida chiquita y humilde como desde una fortaleza diminuta), y entonces recogiéndolo, llevándolo hasta una cucha improvisada donde al menos no pasase frío, dándole algo de comer, convirtiéndose en sentido de la existencia de aquel pobre bicho, algo más enigmático pero más poderoso que la filosofía parecía volverle a dar sentido a su propia existencia. Como dos desamparados en medio de la soledad que se acuestan juntos para darse mutuamente calor.

Pag.154 –Porque hay veces que los amantes no se quieren... o en que uno de ellos no quiere al otro, o lo odia, o lo menosprecia.

Pag.155 –(...) pero yo soy nada más que eso: un hombre de puros proyectos (...) En la vida es más importante la ilusión, la imaginación, el deseo, la esperanza (...) Y si no digo todo, absolutamente todo, estoy mintiendo. Pero decir todo es imposible (...) ¿Somos, acaso, siempre la misma persona?

Pag.163 –¿Qué quieren, una originalidad total y absoluta? No existe. En el arte ni en nada. Todo se construye sobre lo anterior. No hay pureza en nada humano (...) Todo lo demás es desarrollo (...) Los verdaderos ateos son los indiferentes, los cínicos...

Pag.169 –Pues a medida que nos acercamos a la muerte también nos acercamos a la tierra (...) Y entonces recordamos un árbol, la cara de algún amigo, un perro, un camino polvoriento (...) No grandes cosas sino pequeñas y modestísimas cosas.

Pag.177 –Porque si prevaleciese la desesperación, todos nos dejaríamos morir o nos mataríamos, y eso no es de ninguna manera lo que sucede (...) la poca importancia de la razón, ya que no es razonable mantener esperanzas en este mundo en que vivimos.

Pag.178 –Y si la angustia es la experiencia de la Nada, algo así como la prueba ontológica de la Nada ¿no sería la esperanza la prueba de un Sentimiento Oculto de la Existencia, algo por lo cual vale la pena luchar?

Pag.185 –Es curioso que uno pueda fijarse en cosas así, indiferentes, en momentos tan decisivos.

Pag.191 –Pero ¿qué máscara nos ponemos o qué máscara nos queda cuando estamos en soledad...?

Pag.227 –(...) análisis y conceptos que valen para nosotros (...) pero en realidad todos estos conceptos tiene un valor relativo, pues estamos aplicando conceptos y valoraciones humanas a entes inconmensurables con nosotros; del mismo modo que es imposible para los hombres imaginar dioses que no tengan ciertos caracteres humanos, hasta el punto grotesco que los dioses griegos se metían los cuernos.

Pag.228 –Tuve de pronto la revelación de que la realidad podía empezar a deformarse si no concentraba toda mi voluntad para mantenerla estable.

Pag.229 –¿Acaso Parménides no había probado que la verdadera realidad no es la que vemos sino una esfera inmóvil y que toda esta fantasmagoría que nos rodea no es, en efecto, más que una perversa fantasmagoría? (...) como una garantía de que soy “algo” (...) sino por algo más profundo de índole espiritual (...) ¿qué impide que en ese cuerpo tabulado en mi libreta de enrolamiento no pueda de pronto, en virtud de algún cataclismo, habitar el alma del portero o del espíritu de Sade? ¿Hay alguna inviolable relación, acaso, entre mi cuerpo y mi alma? Siempre me pareció portentoso que alguien pueda crecer, tener ilusiones, sufrir desastres, ir a la guerra, deteriorarse espiritualmente, cambiar sus ideas, transformar sus sentimientos y sin embargo seguir recibiendo el mismo nombre.

Pag.230 –(...) “algo” entre mi cuerpo y mi voluntad se interpone.

Pag.232 –(...) ese tipo de enemigo de la sociedad que siempre me atrajo (...) (por la repugnancia de vivir de la muerte de un ser viviente) y tenía ese género de fantástica esperanza de que el mundo iba a ser alguna vez una cariñosa comunidad de libres y fraternales cooperadores.

Pag.234 –(...) cuando uno se propone enérgica y sistemáticamente un fin (...) se termina por crear un campo de fuerzas telepáticas (...) y hasta se producen episodios que en apariencia son casuales pero que en rigor están determinados por esa invisible potencia de nuestro espíritu.

Pag.235 –(...) del universo en que nacen y crecen nuestras más turbias obsesiones.

Pag.251 –Como si ese defecto pudiese ser motivo de elogio. Ya que como le expliqué a Norma (que se enfurecía) elogiar a un militar porque no lo parece, o porque no lo es tanto, es como encontrar méritos en un submarino que tiene dificultades para sumergirse, y creer que es una virtud el que pueda andar en la superficie casi tan bien como un barco de carga.

Pag.298 –¡Delirio de persecución! Siempre los realistas, los famosos sujetos de las “debidas proporciones”. Cuando por fin se quemen, recién entonces se convencerán; como si hubiera que medir con un metro el diámetro del sol, para creer lo que afirman los astrofísicos (...) la vanidad es tan fantástica , tan poco “realista” que hasta nos induce a preocuparnos de lo que pensarán de nosotros una vez muertos y enterrados. ¿Una especie de prueba de la inmortalidad del alma?

Pag.335 –(...) que nada de lo que se refiere a seres humanos debería causar jamás asombro y sobre todo porque, como decía Proust, los “aunque” son casi siempre “porqués” (...) en virtud de ese afán que tienen los hombres de aferrase a cualquier despojo de alguien que quisieron mucho (...) esos pequeños objetos que de ese modo alcanzan un valor simbólico y desmesurado...

Pag.336 –(...) encontrar esa presunta clave...

Pag.337 –(...) constituía algo así como la prueba de la inmortalidad del alma (...) ¿qué conocemos en definitiva del misterio último de los seres humanos?

Pag.378 –Porque es un error imaginar, como a menudo suponen los que ven a un movimiento revolucionario,

Pag.379 –(...) desde lejos o desde afuera, que todos sus integrantes ofrecen un tipo definido de personas (...) Pero la gama era infinita. Había el tolstoiano que se negaba a comer carne porque era enemigo de toda muerte violenta, y que muy a menudo era esperantista y teósofo; y el partidario de la violencia hasta en sus formas más indiscriminadas, ya porque sostuviera que el Estado sólo puede combatirse mediante la fuerza, ya porque como en el caso de Podestá, daba así salida a sus instintos sádicos. Había el intelectual o el estudiante que llegaba al movimiento a través de Stirner y Nietzsche, como Fernando, generalmente individualistas acérrimos y asociales, que muchas veces terminaron apoyando el fascismo; y obreros casi analfabetos que se acercaban al anarquismo en busca de una esperanza instintiva. Había resentidos que volcaban así su odio contra el patrón o la sociedad, y que a menudo terminaban convirtiéndose en despiadados patrones cuando lograban alguna fortuna o en miembros del cuerpo policial; y seres purísimos llenos de bondad y grandeza, y que aún siendo bondadosos y puros eran capaces de llegar al atentado y a la muerte, como en el caso de Simón Radowistky, llevados por un cierto tipo de espíritu justiciero, al destruir al hombre que juzgaban culpable de la muerte de mujeres y niños inocentes. Existía el vividor que con el cuento del anarquismo la pasaba muy bien, comiendo y durmiendo gratuitamente en casa de compañeros, a los que en ocasiones terminaba robándole algo o quitándole a la mujer, y que cuando por sus excesos recibía alguna tímida recriminación del dueño de casa contestaba con desprecio “pero qué clase de anarquista es usted camarada”. Y existía el linyera, partidario de la vida libre del pájaro, del contacto con el sol y el campo, que salía con su bultito al hombro a recorrer países y a predicar la buena nueva, trabajando en alguna cosecha, arreglando algún molino o algún arado, y de noche en el galpón de la peonada, enseñando a leer y a escribir a los analfabetos, o explicándoles en palabras sencillas pero fervientes el advenimiento de la nueva sociedad donde no habrá ni humillación ni dolor ni miseria para los pobres,

Pag.380 –o leyéndoles páginas de algún libro que llevaba en el hatillo: páginas de Malatesta a los campesinos italianos, o de Bakunin; mientras sus interlocutores silenciosos, tomando mate en cuclillas o sentados sobre algún cajón de kerosén, cansados por la jornada de sol a sol, acaso rememorando alguna remota aldea italiana o polaca, se entregaban a medias a aquel sueño maravilloso, queriéndolo creer pero (instigados por la dura realidad de todos los días) imaginado su imposibilidad, en forma semejante a los que abrumados de desdichas sin embargo a veces sueñan con el paraíso final; y acaso entre aquellos peones, algún criollo, que pensaba que Dios había hecho el campo y el cielo con sus estrellas para todos por igual, esa clase de criollo que añoraba la vieja y altiva vida libre de la pampa sin alambrados, ese paisano individualista y estoico, hacía finalmente suya la buena nueva de aquellos remotos apóstoles de nombres raros y, ya para siempre, abrazaba con ardor la doctrina de la esperanza. Pues criollos de éstos yo vi muchos en los sindicatos anarquistas del puerto o en las playas de los frigoríficos, y entre ellos aquél llamado Vallejos que se desvaneció de hambre en la calle y a quien la policía, al registrarlo y encontrarle un billete de cien pesos, le preguntó por qué con tanto dinero pasaba hambre y él le respondió con tranquila dignidad “porque esa plata, señor, es del sindicato”. Sí, había anarquistas como Vallejos. Como también hubo anarquistas como Di Giovani que, aunque editaba con el dinero de sus asaltos las obras completas de Reclus, también vestía al fin de su vida camisas de seda; mientras que pistoleros como Ascaso y Durruti, austeros y honestos hasta su muerte al pie de sus ametralladoras en la guerra española, no guardaron para sí un solo centavo de lo que obtuvieron en sus asaltos.

Pag.385 –(...) que contra la fuerza organizada del estado burgués sólo era eficaz la fuerza organizada del proletariado...

Pag.387 –Exupéry cuenta como después de una angustiosa lucha con los elementos, perdido en el Atlántico, cuando ya él y su mecánico no conservaban esperanzas de llegar a tierra, alcanzaron a divisar una débil lucecita en la costa africana y con el último litro de combustible alcanzaron finalmente la ansiada costa; y cómo entonces aquel café con leche que tomaron en una cabaña fue el humilde pero trascendental signo del contacto con la vida entera, el pequeño pero maravilloso reencuentro con la existencia. Del mismo modo, cuando retornamos de aquel universo del sueño, una mesita cualquiera, un par de zapatos gastados, una simple lámpara familiar, son conmovedoras luces de la costa que ansiamos alcanzar, la seguridad. Razón por la cual nos angustiamos cuando uno de esos fragmentos de la realidad que empezamos a distinguir no es el que esperábamos.

Pag.388 –Me producía extrañeza encontrar en las calles y en los cafés tanta gente despreocupada y libre de problemas (...) había miles de personas que pensaban o sentían lo que yo sentía (...) Puesto que los animales no lo necesitan: les basta con vivir.

Pag.389 –Mientras que el hombre, al levantarse sobre las dos patas traseras y al convertir en un hacha la primera piedra filosa, instituyó la base de su grandeza pero también los orígenes de su angustia (...) habrá dejado de ser un simple animal pero no habrá llegado a ser el Dios que su espíritu le sugiera (...) Ese ser dolorido y enfermo del espíritu que se preguntará por primera vez sobre el porqué de la existencia. Y así las manos, y luego aquella hacha, aquel fuego, y luego la ciencia y la técnica habrán ido cavando cada día más el abismo que los separa de su raza originaria y de su felicidad zoológica. Y la ciudad será finalmente la última etapa de su loca carrera, la expresión máxima de su orgullo y la máxima forma de su alienación.

Pag.390 –(...) y sin embargo de pronto transmitimos algo misterioso e indefinible (...) de ese mundo que muy probablemente seguirá permaneciendo, indiferente y helado, cuando hayamos muerto...

Pag.391 –Porque en realidad esos objetos pintados no son los objetos de aquel universo indiferente, sino objetos creados por aquel ser solitario y desesperado...

fuente: recibido directamente de Juan Carlos Gómez ("Goma"), el amigo más cercano a Witold Gombrowicz durante su larga estada en Argentina.
J.C.Gomez falleció en 2012.

viernes, 24 de mayo de 2013

Marga Mangione nos regala sus creaciones que fueron premiadas en el VI Certamen Literario de Tango organizado por el Círculo “Amigos del Tango de Villa Ángela” 2013






El tango es una novela



1º Premio Poesía – 2013 del  
Círculo Amigos del Tango

de Villa Ángela, Chaco, Argentina





El tango es una novela,

que a tu vida se parece,

cuando en sus notas te mece, y te la cuenta al oído,

está el recuerdo querido o el dolor en tu memoria.

Sentís la pena o la euforia deslizándose en tus venas,

que de adrenalina llenas,

evocan tu trayectoria.



En tres minutos te nombra,

a tu barrio y a la vieja,

mientras del fuelle la queja se cuela en tu corazón,

vas recordando el rincón donde nació tu existir.

¡Qué lindo sería vivir, al son dulzón de un gotán,

si entre sus letras están

historias que revivir!



Cada verso, cada frase,

haciéndote suspirar

te invitan a recordar, del amor el primer beso

que en tus labios de regreso, hace cosquillas en vano.

¡Qué utópico el ser humano que quiere volver atrás,

cuando el tango a su compás,

se lo lleva de la mano!



El llorar de los violines,

al alma la pone en vilo

y la flauta con su estilo, que se suma al bandoneón

te llevan para el rincón donde todo es claridad.

Y es mentira la verdad, cuando la orquesta al sonar,

hace a las notas temblar

y anula a la realidad.



La emoción entra al oído,

y en los pies se va instalando,

el cuerpo se va aprestando para lucirse en la pista,

y tu memoria está lista, para dibujar los pasos.

Al compás de los abrazos de quien te brinda su amor,

¡ni las dudas ni el dolor,

han de cortar esos lazos!







Marga Mangione

Febrero-2013






Recuerdos lejanos


1º Premio Letra de Tango - 
Círculo Amigos del Tango de 
Villa Ángela, Chaco, Argentina


I



Qué tiempo aquel de la infancia, jugando con mis hermanos,

el viejo patio querido, ¡cuántos recuerdos lejanos!

Aquella casa y el barrio, el jardín, la galería,

y mamá que nos llamaba cuando todo era alegría.

¡Cómo recuerdo la escuela, el aula, mis compañeros,

que al transcurrir de la vida, se fueron por mil senderos!







(Estribillo)





Como quisiera volver, por un rato a aquellas horas,

con la mesa familiar que mi alma siempre añora,

el pan con dulce de leche que mamá nos ofrecía,

y nosotros retozando con inmensa algarabía.

Y las noches de verano, los amigos en reunión,

una cerveza bien fría con un sándwich de jamón,

escuchando el Tango Club, con De Ángelis presente,

¡cómo quisiera volver a esa dicha que está ausente!

           

           

II





Recuerdo siempre los bailes, vistiendo traje y corbata,

ya se los llevó la vida en su sucesión ingrata,

no existen los carnavales, con alegres mascaritas,

ni anuncian típica y jazz con miles de lamparitas.

¡Cómo recuerdo mi ropa, planchada sobre la cama

el tuco de los domingos y a la vieja que me llama!





(Estribillo)







Marga Mangione
























Currículum Vitae breve de 
Marga Mangione  - Mayo de 2013


Poeta y Escritora. Fundadora, Directora y Coordinadora del Grupo Literario "Almafuerte” (19/12/2003) y del Grupo de Interpretación Teatral “Almafuerte” (9/04/2012) Auspiciados por la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Berazategui.

Nació en Quilmes, Buenos Aires, Argentina, el 23 de mayo de 1940. (Por error en su documento figura el día 22) Desde los dos años reside en Berazategui, a la que considera "Su Ciudad"(MI 
CIUDAD).  Escribe desde los quince años. Comenzó a participar en concursos a partir de 1996. Obtuvo hasta la fecha más de 50 premios en poesía y narrativa, y los siguientes Nombramientos y Nominaciones:


Dr. Honoris Causa en Literatura de la WAAC –Academia Mundial de Arte y Cultura – 
Miembro Vitalicio de la WAAC

Delegada-Embajadora de PAZ-IFLAC en Berazategui

Miembro de Honor Sociedad de Arte de Bolivia

Miembro Honorario Fundador de UNILETRAS-Colombia

Mujer Innovadora 2007 en Literatura – Honorable Legislatura Prov. de Buenos Aires  

Cónsul en Berazategui Movimiento Poetas del Mundo-Chile

Hija Predilecta y Miembro de Honor de SIPEA-México

Miembro Honorario Asociación Israelí de Escritores en Lengua Castellana-Israel

Embajadora Círculo Universal de Embajadores de la Paz - Francia/Ginebra

Mujer Destacada 2013 - Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires.

Participó en más de 60 Antologías de Poesía y Narrativa. Publicó 3 Novelas, 3 Libros de cuentos y 4 Poemarios. Compiló 6 Antologías Tituladas: “Duendes del Sur” I, II, III, IV, V y VI del Grupo Literario “Almafuerte”


NOTA DEL EDITOR DE ESTE BLOG,

Hermosa mujer, fina y talentosa  
poeta y escritora, es además 
compositora de tangos, y por
supuesto, PREMIADA por los mismos.

Con alegría publico aquí dos de sus 
primeros premios obtenidos hace pocos
días: 

1º Premio Poesía – 2013 y

 1º Premio Letra de Tango - 
 otorgados por el
Círculo Amigos del Tango de 
Villa Ángela, Chaco, Argentina

Estoy seguro que despues de 
leer estos textos premiados,
buscarán en "Google" el nombre
Marga o Margarita Mangioni. 

Argentina es cuna de excelentes 
poetas  y escritoras/es de ambos 
sexos. Muchos de ellas/os son 
conocidas/os internacionalmentes.

Marga Mangioni es una de ellas.

Con todo cariño, simpatía y
amistad publico hoy sus creaciones.

Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo.

ex- Vice Presidente (2 años)
ex- Secretario General (10 años)
de la C.D. de 'A.I.E.L.C' -
Asociación Israelí de Escritores
en Lengua Castellana.